Manejo nutricional de las hembras reproductoras de SASSO

Publicado el 23 de junio de 2022

Manejo nutricional de las hembras reproductoras de SASSO

En este artículo se examina la gestión nutricional durante una nueva fase de crecimiento de las gallinas. Cómo tener en cuenta sus nuevas necesidades de alimentación y al mismo tiempo ponerlas en las mejores condiciones de producción.

En el artículo anterior, describimos el espectro de las tres fases de crecimiento de las futuras pollitas reproductoras y sus retos y objetivos: una fase de desarrollo de los órganos del sistema inmunitario, el esqueleto y la masa muscular, una segunda fase de mantenimiento y, por último, una fase de preparación para la postura. Intentamos destacar la importancia de este periodo de crianza, que permitirá a los animales expresar o no su potencial genético de postura.

Esta vez nos focalizaremos en el periodo de producción y trataremos los pasos clave y las reglas a seguir.

Fase de pre-postura

Durante la fase previa a la postura, que empieza alrededor de las 16 semanas de edad, hay que permitir que la pollita desarrolle su sistema reproductor, comience a almacenar calcio en el hueso medular y, por último, desarrolle una pequeña reserva de grasa necesaria para el maratón de postura que sigue. Esta fase es realmente crucial para el inicio de la postura, y asegura un buen pico y persistencia detrás.

Podemos suponer que, a partir de esta fase de pre-postura, la hembra tiene otras necesidades además de las que son propias del mantenimiento. El desarrollo del racimo de ovarios requiere una ingesta adicional de proteínas y un mayor consumo de agua. Este consumo debe mantenerse relativamente bajo para evitar el sobrepeso de la hembra justo antes del inicio de postura, que puede tener efectos negativos a largo plazo. Hay que recordar que los rendimientos de postura y de carne son rasgos correlacionados negativamente. Una pularda nunca será una buena reproductora.

Inicio de la postura

Consideramos que la fase de postura arranca en el 0,5% del lote. En este punto, es necesario ayudar a las gallinas para asegurar una buena producción. El primer paso en este proceso es estimular a las aves con alimento. Como ya se ha dicho, las necesidades de la gallina son ahora el mantenimiento y la producción. La gallina debe seguir creciendo hasta las 30 semanas de edad, mientras produce un gran número de huevos incubables a lo largo de su ciclo de vida.

En esta fase, y para estimular correctamente con el alimento, es importante observar diferentes criterios: el aumento de peso de las gallinas, la evolución diaria de la postura y, por último, la evolución del peso del huevo. Por lo tanto, es muy importante seguir pesando una cantidad representativa de gallinas durante la fase de postura cada semana, y realizar la autopsia de las muertas para observar el estado de engorde y el desarrollo de los ovarios.

La estimulación con el alimento dependerá de nuestra estrategia y nuestras necesidades. Como hemos visto en un artículo anterior, la velocidad de estimulación con el alimento tiene un impacto directo en el porcentaje de postura y en el tamaño de los huevos que se van a incubar. Así, una evolución rápida de la ración diaria lleva a un aumento más rápido de la postura y ofrece la posibilidad de tener huevos incubables (>50g) más rápidamente. Las consecuencias son, por lo general, un menor pico de postura y persistencia. Recordad que una gallina pone una masa de huevos, no un número de huevos. Por lo tanto, los huevos más grandes a lo largo del periodo de producción tendrán un impacto negativo en el número total de huevos que se incubarán al final del lote. Además, las consecuencias para la gallina también pueden ser perjudiciales: una estimulación alimentaria muy rápida puede provocar un estrés hepático repentino y un engorde prematuro si no se controla. Por otro lado, una estimulación demasiado lenta retrasará el pico de postura y también puede tener consecuencias negativas en el rendimiento. En efecto, si la gallina no está suficientemente nutrida, se encontrará obligada a recurrir a sus reservas, que son entonces limitadas.

Recomendamos que justo antes del inicio de postura, las gallinas reciban un suplemento de protector hepático en el alimento para permitir que el hígado y los riñones drenen lo máximo posible justo antes de la estimulación.

Así que es muy importante seguir observando el aumento de peso de las gallinas durante el periodo de producción. Un aumento de peso excesivo (con una GMD (Ganancia Media Diaria) más alta que la GMD justo antes de la postura) indica que se está dando demasiado alimento, con riesgo de engorde. Si la gallina no gana peso (o lo pierde), la cantidad de alimento distribuido es demasiado baja para que la gallina pueda cumplir sus necesidades de mantenimiento y producción.

Hay que tener cuidado con este aumento de peso durante el periodo de postura, ya que es un riesgo de engorde en las estirpes de SASSO. El manejo de nuestras gallinas se acerca más al de las reproductoras estándar que al de las ponedoras. A diferencia de las ponedoras, que tienden a utilizar todo su aporte nutricional en el huevo, nuestras gallinas SASSO corren el riesgo de expresar su rendimiento y su potencial de engorde si la cantidad ingerida y el aporte proteico y energético son demasiado elevados en relación con las necesidades de producción.

Por lo tanto, se aconseja encarecidamente utilizar con nuestras hembras fórmulas de alimento de reproductoras estándar desde los primeros huevos. Mientras que los niveles de lisina (que afecta al pico de postura y al crecimiento) y metionina (que afecta al tamaño del huevo, junto con el ácido linoleico), así como el calcio, serán ligeramente inferiores a los niveles de las ponedoras (máximo < 7%), la diferencia estará en la proteína bruta, donde la diferencia puede ser de un 15% menos o más para las reproductoras estándar (~15% de proteína bruta en una formula primera postura estándar frente al 17% de una fórmula para ponedoras). Aquí destacamos que un exceso de proteínas no tendrá ninguna consecuencia positiva en la producción de huevos, sino todo lo contrario.

Al pico de postura

Una pregunta que surge a menudo es: ¿A qué edad debemos alcanzar la ración máxima y cuál es esa ración? La respuesta a esta pregunta es tan sencilla como complicada. Sencilla, porque sabemos que una vez que las gallinas ya no tienen nuevas necesidades de producción, no es necesario seguir nutriéndolas en exceso, a riesgo de engordarlas para nada.

En promedio, se puede estimar que un lote aumentara de 5% de postura por día. También sabemos que el folículo que comienza a desarrollarse tarda aproximadamente una semana en convertirse en un huevo. Así, un 5% de postura/día en una semana, corresponde en realidad a un 35% (5%*7 días) de evolución de la postura. Si el pico se alcanza al 95% de postura, se puede estimar que, en realidad, cuando el lote está al 60% (95% - 35%) de postura, ya está en su pico de producción. Por lo tanto, es esencial alcanzar la ración máxima tan pronto como las gallinas hayan alcanzado el 60%. El excedente de alimento en este nivel no se utilizará para la producción de huevos para incubar.

Pero la cuestión también es complicada, ya que es difícil dar una ración estándar. Como hemos dicho, dependerá mucho de la fórmula usada, del nivel de engorde de las gallinas y del entorno (¿es un entorno cálido y seco, cálido y húmedo, frío y seco, o frío y húmedo?) Sin embargo, podemos dar una ración típica europea para las hembras enanas SASSO en el suelo de unos 120g de alimento al pico de postura. El aumento de peso, así como el tiempo de consumo y la duración del comedero vacío determinarán la ración máxima. Por lo tanto, hay que vigilar siempre el comportamiento alimentario de las gallinas.

Después del pico de postura

Una curva de puesta consta de 3 fases importantes: el incremento de postura desde el inicio, el pico y la persistencia de la postura. Como vimos, la gallina tiene necesidades de mantenimiento y producción.

Estas necesidades nutricionales aumentan durante el incremento de la postura (aumento de las necesidades de producción, así como todavía una necesidad de crecimiento), son máximas durante el pico (siempre una necesidad de crecimiento) y disminuyen durante la fase de persistencia (disminución de la producción, por lo tanto, de las necesidades de producción y sin necesidad de crecimiento).

Así, es bastante intuitivo que es necesario disminuir el aporte alimenticio a través de la ración de alimento (y/o la formulación) una vez que se acabó el pico de postura. Si se mantiene la misma ración de alimento entre el pico y el desecho, se engordará la gallina, aumentará significativamente el peso del huevo y disminuirá la calidad de la cáscara. Por lo tanto, es esencial controlar el aumento de peso, la evolución de la postura y el peso de los huevos, de nuevo, para justificar la reducción de la ración. En cuanto la ganancia de peso de la gallina sea superior a la norma, o el huevo también esté ganando peso, es necesario reducir la ingesta en un gramo.

Del mismo modo, las necesidades de proteínas y aminoácidos ya no serán las mismas. Por eso es necesario, una vez pasado el pico de postura, y una vez logrado el tamaño de huevo deseado, cambiar la fórmula del alimento a una formula ligeramente más baja en proteínas, y reducida en metionina (tamaño del huevo), y lisina (crecimiento en particular). En esta fase, también es importante controlar la calidad de la cáscara del huevo. En efecto, una disminución de la ración conducirá a una disminución del consumo diario de calcio. Sin embargo, sabemos que la cantidad de calcio asimilada debe ser superior a 4g/d para garantizar una buena calidad de la cáscara. Un suplemento en calcio asimilable puede ser necesario al final del periodo de producción.

Nos gustaría precisar que la fórmula se puede adaptar al entorno. De hecho, no podemos considerar que el consumo de alimento de las hembras en una fase de invierno europea sea la misma que en una fase de verano europea. A continuación, se puede revisar la fórmula para aumentar la densidad y reducir así el tiempo de consumo durante las horas más frías. Por eso, puede ponerse en contacto con su técnico de ventas para identificar las necesidades.

El manejo del alimento en producción

Por último, queríamos hablar del manejo del alimento en producción. De hecho, es muy importante respetar las necesidades de los animales para las comidas.

Siempre recomendamos dividir la ración en dos partes: una por la mañana, al despertar, y otra al final de la tarde, antes de que anochezca. La razón es muy sencilla: así se respeta el comportamiento natural de la gallina que, en su estado "salvaje", consumirá el 60% de su ración diaria unas 6 horas antes del anochecer, y el 40% por la mañana cuando se despierte. Asimismo, una ración de alimento al final de la tarde permitirá a la hembra disponer de los recursos de calcio necesarios para la formación de la cáscara durante la ovoposición, que se produce al crepúsculo. Una sola ración por la mañana obligará a la gallina a recurrir a sus propias reservas de calcio para encontrar el calcio necesario.

Así pues, se recomienda la alimentación en dos etapas. La primera alimentación debe empezar 30 minutos después de que se encienda la luz. Esto permite que los gallos fecunden las hembras durante la primera media hora, mientras las gallinas están en el suelo esperando su comida (periodo de alta actividad cuando los gallos se despiertan). Sin embargo, la hora de la primera comida no debe ser demasiado tardía, ya que existe el riesgo de postura en el suelo. El pico de postura diario de las gallinas es de 12 horas después de apagar la luz en el galpón. Si las gallinas siguen en el suelo esperando 12 horas después de apagar la luz en el galpón, pondrán huevos.

El objetivo es que las gallinas coman rápidamente, para que puedan ir a beber y luego ir a poner los huevos tranquilamente en los nidos.

Por fin, a las 3pm, podemos empezar a dar la ración de la noche, justo antes del segundo periodo de gran actividad de los gallos (para estimularlos) que es alrededor de las 5pm. Esto les dará tiempo para consumir la ración antes de la noche.

Durante las temporadas de calor, se recomienda no alimentar a los animales durante los momentos calurosos del día. En casos excepcionales, podemos cambiar el programa de luz para alimentar más temprano por la mañana y más tarde por la noche para asegurar que las gallinas no están en fase de digestión durante el pico de temperatura del mediodía.

¿Qué hay que recordar?

En cuanto se ponen los primeros huevos, hay que tener en cuenta nuevas necesidades en la fórmula de alimentación: las necesidades de producción. En esta fase, hay que acompañar a las gallinas en este aumento de la producción, controlando al mismo tiempo el crecimiento y el engorde. Del mismo modo, tras el pico de postura, las necesidades cambian: las necesidades de crecimiento se vuelven mínimas y las de producción no son tan elevadas. Por lo tanto, es necesario adaptar la ración de alimento para evitar el engorde de las hembras o un aumento innecesario del peso de los huevos.

En este artículo también le dimos algunos consejos sobre cómo distribuir el alimento durante el periodo de producción.

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