Publicado el 28 de octubre de 2025
Comprender la madurez sexual en las gallinas ponedoras: fisiología, gestión e impacto en el número total de huevos incubables por gallina alojada (HE/HH)
La madurez sexual en las gallinas reproductoras es una etapa crucial que influye directamente en el rendimiento del lote, la calidad de los huevos y la productividad a largo plazo. Para alcanzar un desarrollo sexual óptimo, es necesario encontrar un delicado equilibrio entre la preparación fisiológica, las señales ambientales y una gestión precisa. Este artículo presenta los principales procesos fisiológicos, indicadores y estrategias de gestión que favorecen una maduración sexual saludable y un uso óptimo de los huevos.
1. La fisiología de la madurez sexual
Desde la eclosión hasta el momento de la puesta (POL), una gallina experimenta cambios fisiológicos complejos. El sistema reproductivo comienza a desarrollarse alrededor de las 16 semanas de edad, cuando el peso corporal y las reservas de grasa alcanzan los niveles adecuados. El ovario y el oviducto crecen rápidamente, preparando al ave para la producción de huevos.
Si la condición de la ave es óptima, en términos de peso corporal y reservas de grasa, y le proporcionamos suficiente energía y nutrientes para apoyar el desarrollo de los órganos sexuales, el sistema reproductivo comenzará a crecer. Este desarrollo está dirigido por hormonas que también están influenciadas por el fotoperíodo. Una vez que la luz del día aumenta más de 11-12 horas, la producción de melatonina disminuye y permite que el eje hipotálamo-hipófisis-gónadas comience a producir hormonas. El siguiente artículo le proporcionará más información al respecto: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S003257911932468X?via%3Dihub
2. Identificación de la madurez sexual
La madurez sexual aparece cuando se liberan estrógenos y se puede evaluar a través de las características sexuales secundarias:
- Cresta y barbilla: agrandadas y enrojecidas.
- Espacio entre huesos pélvicos: directamente relacionado con los estrógenos, el espacio aumenta a medida que se desarrollan los ovarios y el oviducto.
- Reservas de grasa: comienzan a ser visibles a partir de las 16 semanas si el desarrollo es el adecuado (ni avanzado ni retrasado). La acumulación progresiva tendrá lugar desde las 16 semanas hasta el momento de la puesta (POL). Como hemos dicho antes, para alcanzar la madurez o comenzar a poner huevos, las aves deben tener suficientes reservas de grasa, pero no demasiadas, para evitar el inicio prematuro de la puesta.
La uniformidad de estos rasgos en toda la manada es esencial para el inicio sincronizado de la puesta, lo que evitará problemas de doble yema y de calidad de la cáscara debido a la sobreestimulación, huevos pequeños para las no maduras, prolapsos... Y todo ello dará lugar a un mayor número de HE/HH al final.
3. Factores clave de gestión
Para alcanzar una madurez sexual óptima es necesario controlar cuidadosamente los siguientes aspectos:
Iluminación
- La fotoestimulación (11-12 horas de luz) inicia cascadas hormonales.
- En gallineros oscuros, se pueden ajustar las horas de luz y la intensidad para retrasar o sincronizar la madurez.
Peso corporal y composición
- El peso corporal objetivo a las 5 semanas es crucial para el desarrollo a largo plazo.
- Las aves con sobrepeso o más pesadas de lo recomendado durante la cría deben volver al peso corporal y las reservas de grasa estándar. Podemos controlarlo hasta las 16 semanas; después, mantener o restringir demasiado conducirá a una producción peor, ya que dañaremos el desarrollo del sistema reproductivo al reducir la energía proporcionada.
- La uniformidad (>80 %) en el peso corporal y la condición física garantiza una respuesta consistente del rebaño a la estimulación.
Estrategia de alimentación
- Evitar la sobreestimulación: el desarrollo excesivo de los folículos puede provocar huevos de doble yema, mala calidad de la cáscara y puesta irregular.
- Los resultados en la producción siempre se construyen en la cría, por eso, cuando las aves necesitan menos energía (10-16 semanas) es cuando podemos controlar mejor la madurez y el peso corporal. Durante este periodo, las aves necesitan menos energía, pero debemos asegurarnos de proporcionarles la cantidad mínima de aminoácidos necesarios para el desarrollo.
- Es fundamental proporcionar la densidad adecuada de comederos y bebederos para evitar la competitividad y el estrés a la hora de alimentarse y garantizar una buena uniformidad.
- Después de 16 semanas, se debe aumentar gradualmente la alimentación para apoyar el desarrollo reproductivo.
Conclusión
La madurez sexual no es solo un hito biológico, sino también un objetivo de gestión. Si no prestamos atención a las características y la uniformidad de la madurez sexual durante la cría y nuestro rebaño comienza a producir antes de tiempo, se producirá un mayor número de huevos descartados al principio, un pico de producción temprano y un porcentaje de utilización subóptimo debido al bajo peso del huevo relacionado con la edad y peso de la gallina. El éxito depende de:
- Crecimiento temprano y uniformidad
- Fotoestimulación oportuna y adecuada
- Composición corporal equilibrada
- Supervisión continua y adaptación a la situación de cada rebaño.
Cada lote es único. Comprender los fundamentos fisiológicos y aplicar estrategias de gestión personalizadas es clave para liberar todo su potencial de puesta.